La teoría del entrenamiento deportivo ha evolucionado significativamente en las últimas décadas, y ha pasado de ser una disciplina basada en la intuición y la experiencia a una ciencia rigurosa y basada en la evidencia.

En las últimas décadas, ha habido un aumento significativo en la investigación científica en el campo del entrenamiento deportivo. Esto ha permitido obtener un mayor entendimiento de los procesos fisiológicos y biomecánicos relacionados con el rendimiento deportivo, así como de los efectos de diferentes métodos de entrenamiento (Navarro et al., 2023). Los estudios científicos han proporcionado una base sólida de conocimientos sobre los principios del entrenamiento y han ayudado a establecer pautas más precisas y efectivas para el diseño de programas de entrenamiento.

La disponibilidad de tecnología avanzada y herramientas de medición ha permitido realizar evaluaciones más precisas y objetivas del rendimiento deportivo. Desde dispositivos de seguimiento del movimiento hasta análisis de datos, estas herramientas brindan información detallada sobre parámetros biomecánicos, fisiológicos y de rendimiento que antes eran difíciles de obtener. Esto ha facilitado la recolección de datos relevantes y ha permitido una mayor precisión en la planificación y el seguimiento del entrenamiento.

En las últimas décadas, el campo del entrenamiento deportivo se ha profesionalizado cada vez más. Han surgido organizaciones y asociaciones dedicadas a promover estándares de calidad y ética en la práctica del entrenamiento deportivo. Estas entidades fomentan la formación académica y la actualización continua de los entrenadores, promoviendo así la adopción de prácticas basadas en la evidencia y la aplicación de principios científicos en el diseño de programas de entrenamiento.

Con el advenimiento de internet y las tecnologías de la comunicación, se ha facilitado el acceso a información y recursos relacionados con el entrenamiento deportivo. Los entrenadores y profesionales del deporte tienen ahora la posibilidad de acceder a investigaciones científicas, estudios de caso, experiencias compartidas y recursos educativos en línea que les permiten mantenerse actualizados y utilizar prácticas basadas en la evidencia (Rodríguez, León & de la Paz, 2022).

En conjunto, estos avances han llevado a una transformación en la teoría del entrenamiento deportivo, impulsando su evolución hacia una disciplina más científica y rigurosa. Hoy en día, el diseño de programas de entrenamiento se basa en principios científicos sólidos y se adapta a las necesidades individuales de los atletas, utilizando herramientas de medición y evaluación más precisas. Esta evolución ha llevado a mejoras significativas en el rendimiento deportivo y a una reducción en el riesgo de lesiones, permitiendo a los deportistas alcanzar su máximo potencial de manera segura y efectiva.

Esto nos trae una contradicción actual ¿Se nace deportista o se hace un deportista? Se basa esta pregunta de que algo puede ser considerado como uno u otro extremo, ¿sin posibilidad de estar en un punto intermedio?

La respuesta a esa pregunta es compleja y puede variar según el punto de vista. Si bien algunas personas pueden tener predisposiciones genéticas o talentos naturales para ciertas habilidades deportivas, el desarrollo como deportista requiere de un proceso de aprendizaje, entrenamiento y dedicación. Es cierto que algunas personas pueden mostrar desde temprana edad ciertas aptitudes físicas o habilidades específicas que les brindan ventajas en determinados deportes. Sin embargo, el talento natural por sí solo no garantiza el éxito en el deporte. El desarrollo de habilidades deportivas requiere de una combinación de factores, como la práctica sistemática, el entrenamiento adecuado, el apoyo y la motivación.

Es cierto que el talento natural puede proporcionar ciertas ventajas innatas en el ámbito deportivo, como una predisposición genética para ciertas habilidades físicas o una mayor capacidad de aprendizaje y adaptación. Sin embargo, el éxito en el deporte no depende únicamente del talento natural, sino que implica un conjunto de factores interrelacionados. El desarrollo y el logro de un alto rendimiento en el deporte requieren de una combinación de elementos que van más allá del talento innato (Rodríguez, León & de la Paz, 2022). Algunos de estos factores incluyen:

• Entrenamiento y dedicación: El entrenamiento constante y sistemático es esencial para el desarrollo de habilidades deportivas, la mejora del rendimiento y la superación de obstáculos. La dedicación y la disciplina en la práctica deportiva son fundamentales para alcanzar metas y objetivos.
• Mentalidad y motivación: La mentalidad y la motivación son aspectos clave para el éxito deportivo. La determinación, la perseverancia y la capacidad de superar desafíos son fundamentales para enfrentar los obstáculos y mantener el enfoque en el entrenamiento y la competición.
• Planificación y estrategia: El diseño de un plan de entrenamiento adecuado, que incluya periodización, descanso y recuperación, es esencial para optimizar el rendimiento. La estrategia en la preparación física, técnica y táctica permite maximizar el potencial y minimizar el riesgo de lesiones.
• Apoyo y ambiente favorable: El apoyo de entrenadores, compañeros de equipo, familiares y otros profesionales del deporte es fundamental para el desarrollo y el éxito deportivo. Un ambiente positivo, estimulante y de apoyo puede contribuir en gran medida al crecimiento y la mejora continua.
• Experiencia y aprendizaje: El aprendizaje continuo y la acumulación de experiencia son esenciales para el crecimiento y la mejora en el deporte. La adquisición de habilidades técnicas, tácticas y mentales a lo largo del tiempo contribuye al desarrollo de un deportista completo.

En resumen, si bien el talento natural puede proporcionar ciertas ventajas, el éxito en el deporte se basa en una combinación de factores, incluyendo el entrenamiento, la mentalidad, la planificación, el apoyo y la experiencia. El talento por sí solo no garantiza el éxito, ya que es necesario trabajar arduamente, estar comprometido y aprovechar al máximo el potencial individual para alcanzar metas deportivas.

Al tenor de lo anterior, se puede mencionar que el entrenamiento deportivo, la adquisición de habilidades técnicas, el desarrollo de capacidades físicas y mentales, así como el aprendizaje de estrategias y tácticas, son elementos clave para convertirse en un deportista exitoso. Además, la perseverancia, la disciplina, la determinación y la mentalidad de crecimiento son características importantes que se pueden desarrollar a lo largo del tiempo.

En resumen, si bien algunas personas pueden tener ciertas predisposiciones innatas, el proceso de convertirse en un deportista exitoso implica una combinación de talento natural, entrenamiento, aprendizaje y dedicación. Se podría decir que se nace con ciertas habilidades o aptitudes, pero se necesita trabajar y cultivar esas habilidades para alcanzar el máximo potencial deportivo.